Cómo dar validez a los valores organizacionales
Cómo dar validez a los valores organizacionales
Las declaraciones de
visión, misión, valores y políticas de una organización son hoy en día tan
indispensables en su folleto de presentación, como lo son el certificado de
existencia y representación, la
identificación tributaria y la página web. Los valores de algunas compañías
incluyen palabras tales como compromiso, confianza, respeto, innovación, ética, integridad,
agilidad, seguridad industrial, protección del medio ambiente y servicio al
cliente. En algunos casos puede ocurrir que ellas sean
solo parte del maquillaje que usa
la organización para presentarse en sociedad. Pero la realidad es que las mejores
prácticas y estándares de gestión de calidad, medio ambiente, salud y seguridad
en el trabajo, gerencia de proyectos, sustentabilidad, gobierno corporativo,
etcétera, parten de la existencia de esas declaraciones y verifican que los
procesos estén alineados con ellas. Los
mandos intermedios, los abogados, ingenieros y técnicos las interpretan y toman
como base para escribir nuevos procedimientos, políticas y guías. Así que lo
que más le convendría a la organización es buscar que esas palabras describan
la actuación cotidiana de la empresa. ¿Qué debe hacer la dirección de la
compañía para que esas declaraciones estratégicas mantengan su vigencia?
Fuente gráfica: http://grupomavesa.com.ec/contenido/ver/t/Valores-Organizacionales/id/5 |
En mi experiencia, las declaraciones de valores de una compañía tienen validez cuando la alta dirección las define, bien sea de manera autónoma o con participación del grupo, las interpreta, las promulga, las practica, y las controla. La cabeza de la organización precisa tener diáfana claridad sobre el significado más abstracto de esos valores, sus implicaciones económicas, la técnica de comunicarlos, la práctica de implementarlos, su incidencia en los procesos y la forma de controlarlos. Las palabras tienen significados diferentes para cada persona, y aunque son un medio para transmitir los valores, también constituyen un velo para comunicar su significado. El ejemplo de líder, los criterios aplicados en las decisiones, los análisis en las mesas de juntas, son la forma como la dirección de la empresa enseña el significado que le da a los valores. Si la dirección de la empresa nunca menciona los valores en esas circunstancias del trabajo diario, o si peor aún, actúa en su contra, no hay esperanza de que la organización se comporte de acuerdo con ellos.
Los valores de una
organización no se manifiestan de manera espontánea. Los valores se manifiestan
naturalmente en la organización únicamente porque existe la firme determinación
de la alta dirección de que sean entendidos y practicados por todos, en todas
las circunstancias, y de no tolerar su incumplimiento. Los valores adquieren
vitalidad cuando en todas las previsiones contractuales convenidas con clientes,
administradores, trabajadores y proveedores se definen con claridad y se les da
la importancia requerida. Aumentan su importancia, cuando regularmente se
premia el cumplimiento de aquellos requisitos que hacen evidente la práctica
del valor. Ni por un instante
puede suponerse que tendrán vigencia en
una organización sin un sistema independiente que verifique su cumplimiento.
Fuente gráfica: http://www.grupom.net/QuienesSomos/ValoresCorporativos.aspx |
En resumen, para que una declaración de valores tenga vigencia en la organización, el gobierno corporativo o la alta dirección debe establecer lo que significa en abstracto, incorporarlo a los procesos, incentivar y constreñir su cumplimiento, esforzarse por encontrar campos de aplicación del valor, cambiar hábitos, mejorar tecnologías, adoptar estándares, incorporarlos a los contratos e invertir en procesos de mejora continua para aproximarse a su cumplimiento.
Esta reflexión nacida
de la experiencia puede ser útil para quienes vayan a entrar entusiasmados a su primera reunión de
planeación en la que definirán los valores de la compañía. Aquellos que han bregado
con valores organizacionales por muchos años y han logrado establecerlos en una
organización durante un período de tiempo, saben que la organización adquirió respeto
y reconocimiento de los clientes, de los empleados, de los proveedores y de la
sociedad, por la vigencia de sus valores. Saben también, que el dicho “crea
fama y échate a dormir”, no aplica para los valores los cuales se esfuman
cuando la voluntad que los estableció se desentiende de ellos o desaparece del escenario.
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